DEBO VIVIR LA FALTA DE RELACIÓN
Por: Jeanne de
salzmann
En
el trabajo sentado podemos tener la sensación de que hay una Presencia real en
nosotros, algo que está allí y que verdaderamente existe.
Aunque no estemos en contacto con ella, siempre está allí.
Pero
nosotros
no tenemos la atención requerida.
Para
estar en contacto con ella, la atención debe ser de la misma calidad sutil que esa Presencia.
Y
esa atención debe ser activa, no como en nuestra vida ordinaria, donde es completamente pasiva,
tomada por mis funciones cada vez que me manifiesto.
Mi
energía es tomada de una manera caótica y ciega; y yo no se con qué propósito.
En
mí no hay nadie que sepa cómo se manifiesta mi fuerza.
Esa
Presencia no puede manifestarse.
No
tiene nada, ninguna propiedad específica, ningún material por medio del cual manifestarse.
No
está educada.
Es
como un recién nacido que no sabe caminar, ni comer, que no sabe hacer nada solo.
Esa
Presencia necesita crecer recibiendo impresiones de mí mismo.
Ellas
serán depositadas en una parte nueva en mí.
Sin
esas impresiones nunca tendré la necesidad de regresar a la Presencia, y ella no tendrá jamás su vida
propia y no será
capaz de manifestarse.
Experimento
verdaderamente esa Presencia en mí sin irme todo el tiempo.
Cuando
toda mi fuerza está tomada por lo exterior, la relación se interrumpe como si no existiera.
Necesito
una capacidad, una atención nueva, sin la cual jamás estaré relacionado.
Para
sentir la necesidad de esa Presencia, debo ver una y otra vez cómo estoy tomado por una
u otra parte de mí mismo, y ver que entre ellas no hay relación.
Debo
comprender cómo pueden estar relacionados los centros y cómo se hace esa relación.
Esto
no puede forzarse.
Necesito
comprender sus vidas diferentes y sus necesidades diferentes.
ATENCIÓN………
Cada
centro tiene una atención diferente cuya fuerza y duración dependen del material
recibido.
El
que ha recibido más material tendrá más atención.
Lo
más importante de vivir es su falta de relación.
Los
breves
momentos en que cierta relación es posible no deben satisfacerme.
Debo
vivir lo que falta, la incapacidad y la resistencia.
¿Puedo
decir hoy en día que mi cuerpo y mi sentimiento están tan tocados por el trabajo
como mi cabeza?
Estoy
interesado en ideas que mi cuerpo no vive y que no tocan mi sentimiento.
Quisiera
cambiar
mi ser, cambiar mi estado de Presencia.
El
pensamiento puede cambiar fácilmente, pero el cuerpo y el sentimiento no
pueden.
Sin
embargo,
como dijo Gurdjieff, el poder de transformación no está en el pensamiento.
Está
en el cuerpo y en el sentimiento.
Y
estos no tienen exigencias mientras están satisfechos.
Viven
sólo en el momento y su memoria es corta.
Hasta
ahora, la mayor parte de nuestro querer, de nuestros esfuerzos, ha venido del pensamiento.
El
pensamiento quiere obtener algo, cambiar algo.
Pero
lo que debe cambiar es la disposición del sentimiento.
El
querer debe venir del sentimiento, y el
poder de hacer, la capacidad, debe
venir del cuerpo.
Con
mi pensamiento recuerdo que quiero estar presente.
Mi
pensamiento
ha llegado a la conclusión de que un cambio será bueno, de que debo hacer todo lo
posible para convencer a mis centros de que esto sería útil y necesario para
ellos.
Pero
hay que comprender muy bien que el recuerdo de si no interesa a la mayor parte de nuestro yo.
Los
otros centros no sospechan siquiera que en el pensamiento está el deseo de trabajar en
esa dirección.
Es
necesario, pues, intentar ponerlos en contacto con ese deseo.
Si
pueden experimentar el deseo de ir en esa dirección, la mitad del trabajo
estará hecha.
jeanne
de salzmann
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